Wednesday, December 07, 2005


Ayer leía tranquilamente sobre el taburete junto a la cortina, cuando escuché un susurro, que pronunciaba mi nombre... varias veces, demasiado fuerte como para que proviniera de mi cabeza.
Miré hacia un lado y ví que alguien detrás del espejo me miraba con una expresión amenazadora y de culpabilidad hacia mí; entonces susurra, con su voz marchita pero no ausente de crueldad. Dice, acercándose a mí:
-"¿Cómo permitiste que pasara?"-dice regañándome- son los sentimientos de alguien-.
-"No"-digo yo. "No, yo no tengo poder sobre su corazón". Sentí como sus ojos taladraba mis emociones, su aspecto sombrío me paralizaba
-"Sabes que sí"- dice con su mirada cruda- Eres veneno... hiedra venenosa-
-"No, no"- digo yo- Soy solo Ethelvyna, la que no tiene nada-
-"Permitiste que robaran tu corazón y ahora bsucas más para alimentarte... mounstro, eres una zorra jugadora"-
-"Tú no escuchaste el susuro de las flores, su canto hipnotizante, que con sus brisas me arrastraban hacia ese mundo que todos llaman amor"-
-"Tú no tienes sentimientos, ese mundo no es para tí, ya no puedes ¿Me escuchas? Ya no puedes..."-
Yo le insistía que no. No, no no.
Entonces alguien entra a la habitación y ambas, la del espejo y yo, volteamos hacia la puerta al mismo tiempo.